miércoles, 30 de noviembre de 2016

De baja

¡¡Hola chic@s!!
Como habéis leído en el título de la entrada, 
no me ha quedado otro remedio que tomarme un par de semanas de baja.
Y es que abarcar tantas cosas de golpe al final pasan factura.
Este verano estuve saturada de trabajo con personas mayores 
y hubo un momento en que me lastimé la mano derecha, 
pero apenas le presté atención pensando que se me pasaría en seguida y ya está. 
Seguí trabajando sin descanso en todo aquello que me salía más los estudios.
 Hace poco volví a sentir molestias y seguí trabajando hasta que llegué a un punto 
en que no podía ni coger un bolígrafo, craso error. 
Y claro, lo consulté con una amiga fisio. 
¡¡Madre mía cuando me tocó la mano y el antebrazo!! 
No lloré por vergüenza. 
Pero vi más que estrellas por el dolor que me causaba un simple roce. 
Así que he tenido que parar y descansar. 
Estoy de baja. 
La mano y el antebrazo hinchados y amoratados como nunca. 
He ido al médico también por si veía conveniente hacer radiografías o cualquier otra cosa. 
Por el momento no ha hecho falta.
 Me ha mandado medicación para el dolor y la inflamación, 
reposo y estiramientos suaves para ejercitar los músculos y tendones. 
Y sobre todo no coger peso ni realizar movimientos bruscos. 
Durante al menos 15 días más. 
Todo esto por no hacerle caso la primera vez que sentí molestias. 
Si es que... no me podía ir todo tan bien, je je je. 


¿Qué es la tendinitis de mano y muñeca?
La tendinitis de mano y muñeca es la inflamación de los tendones que se produce generalmente por un sobreesfuerzo de la articulación o por una torcedura. Los tendones pueden inflamarse debido a la realización repetida de una misma acción que produzca algún tipo de sobreesfuerzo o fricción en la zona. 
¿Cuáles son las causas de la tendinitis de mano y muñeca? 
La causa más común de la tendinitis de mano y muñeca es la sobrecarga muscular debido a una acción repetitiva que requiere de gran esfuerzo en la mano y más concretamente en la articulación de la muñeca. Es común en oficios que requieran de movimientos continuados con la muñeca.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Un pequeño fragmento


Hace un tiempo que quiero compartir con vosotros-as algo de lo que voy escribiendo, 
pero nunca termino por animarme. 
Me da mucho corte y vergüenza enseñar mis escritos. 
No sé, a mí me sirve como terapia, para desahogarme en algunos casos 
y, mantenerme creativa, en otros. 
Lo que pasa es que luego leo que lo que he escrito y pienso: 
"Uf, esto es basura". 
Soy mi peor crítica y juez. 
Tengo un montón de ideas empezadas para posibles relatos e historias
pero ahí se han quedado, a medias.
Quizás algún día me anime a terminarlas, o no. Ya se verá. 
Por el momento, os dejo un pequeño fragmento de un relato 
que empecé hace como un año, 
del cual llevo unas veinte páginas y no he vuelto a escribir nada desde entonces.
Me frustra porque iba muy bien y estaba empezando a tomar forma, 
pero me bloqueé y... lo que pasa.
Espero que os gusten estas breves líneas.  
Y a ver, si consigo animarme un poco y continuarla.
Besitos a todos-as.


"... Y allí estaba yo, sin saber qué hacer ni qué decisión tomar, dividida entre el miedo y la esperanza, la ilusión de que algo bueno podía ocurrir en mi vida. Algo tan deseado y soñado por mí, por fin parecía tener comienzo; ahí estaba ante mí, mirándome con esos ojos tan grandes, azules, tan profundos que me penetraban hasta lo más hondo de mi ser.
Jamás había sentido algo así hacia nadie. Jamás pensé que algo parecido pudiera provocar en mí una extraña. Pero no podía dejar de mirarla, me tenía cautiva con sus gráciles movimientos, con su forma tan sensual de acariciar las cuerdas de la guitarra. Fascinada ante tanta belleza. Turbada por su sonrisa. Complacida al vislumbrarme entre el público asistente. Estaba ansiosa de que acabara la actuación, poder tocarla y contemplar de cerca esa sonrisa que me tenía obnubilada.
Mis dudas y miedos se esfumaron y, en esos momentos supe con total certeza que era con ella, tan solo con ella, con quien quería pasar el resto de mis días. No me importaba nada. Tan solo nosotras dos. Nuestros sentimientos, nuestros corazones danzando al son de aquella música que llenaba el Teatro ante el silencio y expectación de cientos de personas allí congregadas ajenas a lo que nuestras miradas se estaban transmitiendo. Me sentí flotar en una nube en aquel mágico momento, como arrastrada por la brisa de la mañana al despuntar el alba..." 
 Copyright © Todos los derechos reservados

Fotografía: Movie "A Perfect Ending"

sábado, 12 de noviembre de 2016

¡¡Menuda fiesta!!


¡¡Y, por fin, puedo soltar prenda!!
Como os comentaba en post anteriores, 
últimamente me encontraba en un estado tanto anímico, 
físico y mental, muy agotada. 
Tantas cosas y proyectos de golpe en la cabeza pasan factura, 
pero sí es cierto que guardar un secreto durante dos meses 
para que una persona en concreto, 
 no se entere y se lleve una gran sorpresa, pesa mucho sobre las espaldas. 
Es mucha la tensión que se acumula, los nervios y el estrés 
de la organización y planificación de una fiesta de cumpleaños para tu hermana 
y tener que estar mordiente la lengua para que no se te escape nada, 
estar pendiente que familia y amigos tampoco les pase lo mismo...
 ¡¡uff, es complicado!! 
E aquí, una de las mayores causas de las que estos meses me he encontrado tan mal, 
tan cansada y descentrada; los nervios son muy malos. 
¡¡Qué se lo digan a mi cuñado!! 
El pobre estaba peor que yo.
Pero, afortunadamente, puedo decir que al final todo salió más que bien. 
40 años. 
Esos son los años que cumplió mi hermana la semana pasada 
y queríamos montarle una gran fiesta, familia, amigos... 
Se quedó francamente alucinada por el despliegue y el lugar al que la llevamos. 
Hay que decir que el restaurante era una auténtica pasada. 
Y nos atendieron muy bien.
Todos se portaron genial, fue una noche increíble, 
de esas que se te quedan grabadas en la memoria para el recuerdo, 
en una palabra: "inolvidable". 
La verdad es que a estas alturas, todos juntos somos como un gran familia. 
Risas, llantos, besos, abrazos, diversión por un tubo, buen rollo... 
gente sana y con ganas de pasarlo bien. 
Hubo de todo esto y más. 
Como salimos fuera de Elche, contratamos un bus 
para que nadie tuviera que coger el coche y así evitarnos posibles disgustos. 
Una vez de regreso a la ciudad, el que quiso seguir con la fiesta lo hizo 
y el que no, se marcho a casa. 
Ya os imagináis dónde acabé. 
De fiesta, por supuesto. 
Si ya llevaba una noche previa sin dormir (por motivos de trabajo) 
qué más daban dos, ya pillaría la cama al día siguiente. 
Momentos así sólo se viven una vez en la vida 
y hay que disfrutarlos lo máximo posible. 
Una vez pasado, quedan las fotos, 
una gran cantidad de fotos que se fueron haciendo a lo largo de la noche.
¡¡Madre mía, meduda fiesta nos montamos!!
Ahora que ya han pasado unos días, me doy cuenta de la carga que llevaba, 
de la liberación que siento, en cierto modo.
 Me encuentro mucho mejor, más descansada, espabilada, 
centrada, con más ánimo y energía. 
Estoy durmiendo más horas y mejor... 
Sin embargo, echo en falta ese gusanillo que me recorría el estómago de 
"ya falta poco para el gran día". 
A pesar de los nervios y todo lo acontecido antes del día, mereció la pena, sin duda. 
Salió muy bien, perfecto. 
Y ya tenemos ganas de repetir  ^_^