sábado, 30 de julio de 2016

Los primeros días...



Los primeros días siempre son un poco inciertos e incómodos. 
Te sientes desubicada, pues no conoces la casa y 
persiste en ti ese miedo, esa duda de si lo harás bien o mal. 
Te sientes observada en cada movimiento y temes meter la pata. 
Hay momentos vacíos, silenciosos donde nadie habla y no sabes qué hacer o decir. 
Y las dudas, el pánico, se acrecientan. 
Es ahí donde has de sacar tu fortaleza y luchar contra tus propios demonios. 
Al principio, actuaba por inercia, por lo que me parecía más lógico, 
pero con el tiempo, he aprendido que es mejor preguntar siempre ante la menor duda; 
cualquier cosa, sea lo que sea, aunque parezca una nimiedad, 
pues es más práctico y suele agradar más. 
Conforme van pasando los días, te ves envuelta en una rutina y,
 te das cuenta, de cuan infundados eran esos miedos que tenías. 
Todo va bien. 
Mejor de lo que esperaba. 
En esta ocasión lo estoy llevando con mayor normalidad y tranquilidad que la anterior.
 Estoy más animada, aunque cansada
quizá el calor tenga algo que ver con ello también...
Pero sigo adelante, afrontando día a día lo que va surgiendo en el camino.
 Intentando aprender un poco más si cabe.
Y disfrutando del momento.
De esos momentos, a veces inesperados, que te va regalando la vida.

 

miércoles, 20 de julio de 2016

Cubriendo vacaciones


Después de unas semanas de descanso, 
a partir de mañana empiezo un nuevo trabajo en una nueva casa. 
Claro que tan solo es para hacer una suplencia. 
Como suele ocurrir en estos meses de verano, 
muchos desean tomarse unas días de vacaciones y, 
por ello buscan personas que cubran sus puestos mientras tanto. 
Así que, mientras otros disfrutan del veranito, yo me lo voy a pasar trabajando.
 Y, ojo, no me quejo. 
Al contrario, estoy encantada. 
Pues aunque sean unas semanas, en cuanto acabe en esta casa, 
tengo otra en la que me esperan. 
Es una buena señal. 
Poco a poco, me van saliendo oportunidades. 
Y, lo mejor de todo, es que en la segunda, 
tengo opciones de quedarme incluso como interna. 
Es pronto para saberlo, pero... 
¡¡Todo se andará!!
 Por el momento, ya conocí a la señora que voy a estar cuidando estas 3-4 semanas. 
Estoy gratamente sorprendida. 
Siempre es un lío al principio, adaptarse a la persona, conocer la casa, 
estar pendiente y controlar la medicación que toman...
sin embargo en su caso, es muy simple, pues es muy escasa, 
lo cual, me asombra para su edad. 
En fin, espero empezar con buen pie y controlar los nervios que, como sabéis,
 intentan adueñarse de mí y boicotearme en todo momento. 

lunes, 18 de julio de 2016

Desajustes en el blog


En las últimas semanas estoy teniendo algunos problemas con el blog. 
No sé si a alguien más le ocurre algo con blogger. 
Muchas veces lo abro y, cuando entro en entradas, se queda la pantalla en blanco, 
han desaparecido todas y no veo ninguna. 
Sí que pone la cantidad total (tanto publicados como borradores) pero no están. 
Vamos que no las "carga", por decirlo de algún modo. 
Y me preocupa, claro. 
No creo haber tocado nada o es que ha cambiado alguna configuración de blogger...
También me desaparecen algunos comentarios, 
G+1 desaparecidos (no es que esto me importe mucho, la verdad),
 el contador de visitas y el witget de hispabloggers no funcionan como antes...
No es que me preocupe especialmente por todas estas cositas, 
mas bien es por las entradas y borradores que tengo programados...
No sé qué hacer para solucionarlo y tener un mejor funcionamiento.
¿Por qué no las carga? 
A veces tengo que salir de la página y volver a entrar en varias ocasiones para que aparezcan.
Es frustrante no poder disponer y disfrutar del trabajo que has estado realizando
 y compartiendo con vosotros tanto tiempo con tanta dedicación y cariño.
No me gustaría que desapareciera. :(
¿A alguien le ha pasado algo similar? 


martes, 12 de julio de 2016

Reencuentro generación del 81


¡¡Con qué velocidad pasan los años!! 
A veces no te percatas de ello. 
Tu te ves igual, la misma de siempre. 
Aunque curtida en batallas, en largas y arduas batallas.
Y te das cuenta de cuanto has podido cambiar cuando,
 tras veinte años, te reunes con tus compañer@s de colegio, 
los cuales a la gran mayoría, no ves desde entonces.
Ahí sí, ahí es cuando ves el cambio que el tiempo ha obrado en tod@s
 y cuan diferentes somos de los que éramos antaño.
Pero la alegría de volver a verlos y compartir de nuevo 
aquellos momentos y recuerdos, es inmensa.
¡¡¡Cómo hemos cambiado!!! 
Y a la vez, qué iguales estamos. 
Parecía como sino hubiesen pasado los años. 
El buen rollo y las risas nos acompañaron toda la noche. 
Recuerdos, cotilleos, anécdotas, secretos a voces... 
Una noche de viej@s compañer@s rememorando su infancia. 
Como suele ocurrir, no pudieron acudir tod@s
(ya saben, la vida, el trabajo, los niños, algunos viven fuera...)
 pero los que asistimos, lo pasamos en grande. 
Espero que no tengan que pasar tantos años para poder vernos de nuevo 
y mantenernos más en contacto. 
L@s que faltaron, que puedan asistir a próximas reuniones,
y organizarnos con más tiempo.
Ha sido un placer y un lujo haber compartido
una noche maravillosa con tod@s vosotr@s.
¡¡Por muchas más como esta, compañer@s!!

 

miércoles, 6 de julio de 2016

¡¡Necesito unas vacaciones!!



Mi cuerpo no puede más,
está pidiéndome un descanso a gritos,
se siente agotado, está dolorido.
Pues a pesar de haber terminado una etapa, aunque corta,
ésta no se ha cerrado aún, no he tenido tiempo para ello,
pues se abrió otra de golpe que no me ha permitido pasar el duelo.
Y ahora, se resiente, necesita descansar, despejarse,
alejarse de este entorno que me rodea y cambiar de aires.
Mas estoy tan bloqueada que no puedo ni pensar.
¿Qué hacer o a dónde ir?
¿Cuáles son las opciones que tengo?
Todas y ninguna, supongo.
Estoy a falta de ideas, no concibo una solución.
Tan solo soy consciente de que necesito un cambio por una temporada.
 Unos días de respiro, de tranquilidad para mí, única y exclusivamente.
Desconectar de todo.
Incluso de mí misma, si eso fuera posible, y volver con nuevas fuerzas.
Pero...
Estoy tan agotada, que apenas puedo levantarme de la cama.
Hay días, en los que no quisiera despertar.
Que mi sueño fuera eterno.
Y todo el pesar desapareciera.
Estoy cansada.
Cansada de luchar.
Me siento atrapada en un cuerpo y un tiempo que no me corresponden.
Siento que he vivido más años de los que tengo en realidad.
Y me pregunto si podré aguantar el resto.
Necesito unas vacaciones.
Pero vacaciones de verdad.
Lejos de todo esto.
Lejos, donde me pueda perder y ser yo en realidad.
Donde las cosas dejen de doler y haya un poco de humanidad.
Donde la bondad reine y los reproches queden atrás.
Necesito ser yo.
Reencontrarme.
Saber a dónde voy.
Encontrar mi lugar y mi camino.
Sentirme libre sin nadie que quiera, por todos los medios,
dirigir mi vida sin tener en cuenta lo que quiero o siento.
Quiero que me dejen vivir en paz.
Un poco de tranquilidad que me permita calmar mi alma
y se lleve, para siempre, la ansiedad. 


viernes, 1 de julio de 2016

Si fuera valiente...


Saben, algunas personas me dicen que soy valiente 
por hacer el trabajo que hago. 
Cuidar y atender a una persona en los últimos momentos de su vida 
con todo lo que ello conlleva. 
Según mi psicóloga, no todo el mundo es capaz de sobrellevarlo, 
pues se necesita de una gran fortaleza psicológica y mental. 
Y, sin embargo por otro lado, hay personas que menos precian ese trabajo. 
"Total para lo que tienes que hacer..." 
Eso me han llegado a soltar en más de una ocasión.
 ¡¡Qué sabrán ellos!!
 ¿Acaso lo han hecho alguna vez? 
¿Se han preocupado de alguien más que no sean ellos mismos?
 Eso es una de las cosas que más rabia me da, 
que hablen sin conocimiento de causa. 
Trabajar con personas mayores tiene tanto cosas buenas como malas, 
pero la gran mayoría son gratificantes. 
Y, sí, es cierto, has de estar bien preparado y fuerte para aguantar lo que acontezca, 
pues esa persona va a llegar a un punto en que dependerá de ti para todo. 
Y, aunque los demás no lo vean, ese apoyo emocional que le prestas 
aunque solo sea estar a su lado y hacerle compañía, 
hablando con ellos, escucharlos o, simplemente, 
cogiéndoles de la mano es todo un alivio y consuelo en esos duros momentos. 
Los cuales, no son fáciles de llevar, incluso para la propia familia que han de delegar, 
en ocasiones, en alguien externo cuando se prolonga la situación. 
Con el tiempo, aunque intentas mantener la cabeza fría, 
no puedes evitar empatizar con la persona a la que cuidas y sus familiares. 
Y, claro, cuando llega el "momento de la despedida", se hace duro. 
Ahí necesitas sacar toda tu fortaleza y no dejarte llevar por tus sentimientos y emociones, 
sacar a la profesional que llevas dentro y actuar. 
Cuando todo acaba y se pasa el estrés del momento,
 tu cuerpo ya se encarga de pasarte la factura, 
pues no creas que vas a salir ilesa de este proceso. 
Ahora toca otro, otro en el que has de sanarte a ti misma. 
Necesitas tiempo para reponerte y aprender de lo vivido. 
¿Pero qué pasa si, por circunstancias de la vida, 
ocurren otras cosas que no te dejan siquiera tiempo de asimilar lo que ha pasado? 
Pues que te toca seguir luchando y afrontando todo lo que venga sin descanso. 
Tomas aires y te lo echas, nuevamente, todo a la espalda. 
Ya habrá tiempo para ti, o eso quieres creer... 
Porque, sin saber cómo, todas las responsabilidades recaen sobre tus hombros. 
Te guste o no. 
Aunque haya más gente a tu alrededor. 
Lo tuyo, siempre, ha de estar al final. 
Los demás son lo más importante. 
Aunque revientes. 
"Total, tu trabajo tampoco es nada del otro mundo. 
No estarás tan cansada...
Algo tienes que hacer..." 
¡En fin! 
Y, claro, el mal humor, la mala leche, la rabia...
 llamadlo como queráis, al final sale por algún lado.
 Luego dicen que no se puede hablar conmigo, que estoy irascible o tonta... ains... 
Cuando en realidad lo que siento es una pena y un vacío enorme. 
Menos preciada y no se valora lo que hago. 
Como si mi trabajo no sirviera de nada. 
Toda la vida pendiente de los demás, atendiendo las necesidades de todos
 y dejándome para la última. 
Cancelando mis planes por tener contentos a todos. 
Y lo que más me jode es que una lo hace porque los quiere, 
porque es tu familia y ellos son los primeros que te machacan. 
Los que más daño te hacen. 
Los que más te critican. 
Y tú callas, y callas... 
y tragas con todo.
Valiente. 
Si fuera valiente 
¡¡Cuántas cosas habría hecho en su momento!!
¡¡Cuántas cosas me arrepiento de haber dejado marchar y escapar entre mis dedos!!
¡¡Ja!!
 Si realmente lo fuera...
 hace mucho tiempo que le habría plantado cara a todo. 
Y habría hecho lo que tanto anhelo y deseo. 
Pero no, no soy valiente. 
Sino ya no estaría aquí.
 Sería libre.
Estaría lejos de casa o, directamente, 
ya no estaría entre vosotros.