viernes, 31 de enero de 2014

Vacaciones: afrontamientos y exposiciones

He necesitado varios días, después de mis vacaciones para sentarme a reflexionar como han ido estas... Tenia que valorar los pros, los contras... para contaros un poco como me fueron y lo bien que lo pasé...

Como siempre que quedo con mi chico, toca afrontar, exponerse... salir del caparazón para enfrentarse a la vida... tanto durante el trayecto como juntos... y es que hay situaciones que a un fóbico social con personalidad evitativa que le cuesta de hacer...

Para empezar, ir a la estación de trenes ya es todo un dilema y un motivo de ansiedad... el echo de coger el tren... las dudas y los miedos te asaltan mientras estas en el anden de la estación esperando a que llegue... ¿por qué vía viene? y si.. ¿me equivoco? ¿o me bajo en la parada equivocada? ¿estara lleno y me agobiaré?... y así comienzas a tener un sin fin de predicciones negativas... piensas que el viaje va a ser catastrófico...
Sin embargo, una vez que éste ha llegado y subes en él, esos pensamientos y temores van desapareciendo... te relajas... hasta tal punto que crees que te quedaras dormida y, quien sabe, quizá te pases de parada... Y eso hace que estés alerta, nuevamente

¡¡El cerebro y sus entresijos.... nos juega muy malas pasadas...!!

Una vez apeada del tren está ese mágico momento en que nos volvemos a ver... ahí está él... esperándome... impaciente, nervioso, con una enorme sonrisa... las emociones resurguen a flor de piel.... y la alegría, la felicidad de volver a verle, tocarle, abrazarle, besarle... no tiene precio... esos instantes son tan maravillosos que hacen que merezca la pena la espera... se te olvida todo, todo el tiempo transcurrido sin poder sentirlo a tu lado... son momentos nuestros, únicos, especiales, de los dos, sin nadie a nuestro alrededor, el mundo entero se desvanece, dándonos así, lo que tanto hemos anhelado...

Luego está el echo de llegar a su casa... ejem... bueno... ahí es cuando se dispara la ansiedad... no sé... estar con su familia... interactuar con ellos... no es sencillo... o estar expuesta a que venga algún familiar a la casa... Lo bueno de esta ocasión es que ya los conozco y la ansiedad es menor. El sitio es tranquilo, agradable, se está muy bien allí... me gusta... y él hace lo posible de ponerme las cosas fáciles...
En ésta ocasión he conseguido dormir, cosa que la vez anterior... fue casi imposible, muy poquito lo que pude hacerlo, y regresé a casa con una gran ansiedad, que me pasó factura días después...

Sin embargo... me queda una espinita que no pude sacarme de encima... a pesar de estar bien y lo agradables que son... sigo pasándolo mal a la hora de hacer la comida... me cuesta salir a la cocina, ayudar a su madre a preparar las comidas... recoger... fregar... me encantaría poder echarle una mano... pero ahí la ansiedad... o el miedo... no lo sé... me limita mucho... no he conseguido salir de la habitación en esos momentos... y a la hora de sentarse a la mesa, me siento muy cohibida... todavía... necesito la compañía de él para poder salir y sentarme... como despacio, con temor... incómoda a veces... mas no entiendo el por qué...

A pesar de las inclemencias climatológicas pudimos ir a muchos sitios, por fin pude visitar parte de Barcelona y me quedo con ganas de ver más, lo cual será en otra ocasión... coger trenes, autobuses... lugares desconocidos (al menos por mí...) preciosos en muy buena compañía...

Fueron unos días geniales junto a él y, deseando estoy, de repetir otra vez... No hay nada como salir a pasear cogidos de la mano, poder ir al cine, ver una buena peli... o tomarse una cañita en alguna terraza... etc...
Hace apenas unos días que nos separamos y ya le echo muchísimo de menos... espero en que, ésta ocasión, pase menos tiempo en volver a verle... él hace que mi vida vaya a mejor... y me aporta más cosas de las que podía esperar... mas cuando me llegó en un momento tan inesperado...


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