martes, 31 de diciembre de 2013

Propósitos para año nuevo

Año nuevo, vida nueva.” 

Llegan las celebraciones de Navidad y con ellas se vive un ambiente de deseos y felicidad, llenos de buenas intenciones por parte de todos para el año que comienza. Muchos nos proponemos dejar de fumar... perder peso... apuntarnos al gimnasio... ser mejor con los demás... iniciar un nuevo curso... un nuevo  trabajo... lo típico.

Todos nos llenamos de buena voluntad para llevarlos a cabo, pero suelen fracasar en su mayoría... por pereza... falta de ilusión... actitud... o lo que sea... el caso es que no los llevamos a término y eso nos puede causar cierta frustración a la larga, pasados varios años sin realizarlos...

Yo era fumadora, y muchas veces pensaba... "cuando se me termine este paquete, dejo de fumar" y cuando se acaba volvía a comprarme otro... y así estuve durante mucho tiempo hasta que una Navidad... y tras sufrir durante seis meses mis primeras crisis de ansiedad, decidí dejarlo definitivamente... además, recién me había comprado un coche y no estaba dispuesta a que éste oliera a tabaco. De eso van a hacer 8 años y, hoy día, puedo asegurar que es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida...

Para éste año, sin embargo, mi propósito principal no es ninguno de los ya mencionados, este año me he propuesto ser, sentir, vivir... olvidarme del resto (aunque suene egoísta) y ocuparme única y exclusivamente de mí, para superar definitivamente mis problemas... empezar a valorarme, a quererme y aceptarme tal cual soy, con mis virtudes y defectos, por mucho que los deteste, ésta soy yo, así soy y como tal he de empezar a quererme a mi misma y dejar de fustigarme, despreciarme y menos valorarme.

Sé que cuento con la ayuda de personas que están  a mi lado y, otras no tan cerca, que me quieren y me hacen ver mis cosas buenas, recordándomelas día tras día, imprimiéndome fuerzas para seguir batallando. No puedo más que estar agradecida a su cariño y paciencia...

"Lo sé, os lo pongo muy duro y os enfadáis conmigo al oírme hablar así de mí misma... solo quiero que sepáis que para mí tampoco es fácil e intento con todas mis fuerzas superarlo, supongo que es cuestión de tiempo que abra los ojos..."

Así que este es mi gran reto, mis propósitos para este año:

· QUERERME Y VALORARME COMO PERSONA.
· ACEPTARME A MÍ MISMA.
· NO EMPLEAR PALABRAS EXCESIVAMENTE DURAS CON RESPECTO A MÍ.
· SER... SENTIR... VIVIR... 
· COMPARTIR  Y DISFRUTAR MI VIDA CON QUIEN ME PLAZCA.
· TRATAR DE NO ESCRIBIR EN NEGATIVO (no me hace bien, ni a quienes me quieren).

Sé que no será fácil, pero voy a poner todo mi empeño en ello. ¡¡Ya va siendo hora!!

miércoles, 25 de diciembre de 2013

El Regalo de Navidad


Alfredo estaba muy contento en aquella Navidad, pues era una fecha muy importante. Era el día del cumpleaños del Niño Jesús, y lógicamente, el día en que Papá Noel vendría de visita como todos los años.

Con sus siete añitos, esperaba ansiosamente el anochecer, para volver a dormir y espiar el calcetín que estaba colgado en el frente de la puerta, pues no tenían árbol de Navidad. Se quedó despierto hasta muy tarde, para poder ver a Papá Noel, pero como el sueño fue mayor que su voluntad, se durmió profundamente.
 

En la mañana de Navidad, observó que su calcetín ya no estaba, y que no había regalos en ningún lugar de su casa.
Su padre estaba desempleado. Con los ojos llenos de lágrimas, observaba atentamente a su hijo, y esperaba tomar coraje para hablarle, que su sueño no existía.
Con mucho dolor en el corazón lo llama:

- Alfredo, hijo mío, ven...

Pero antes de que el padre pueda hablar...

- ¿Papá?

- ¿Qué sucede hijo?

- Papá Noel se olvidó de mí...

Al decir eso, Alfredo abraza a su padre y los dos se ponen a llorar, cuando Alfredo dice:

- ¿También se olvidó de vos, Papá?

- No hijo mío. El mejor regalo que yo podría tener en toda la vida está en mis brazos, y despreocúpate pues yo se que Papá Noel no se olvidó de vos.

- Pero, todos los otros chicos vecinos están jugando con sus regalos... ¿Se salteó nuestra casa?

-No, no la salteó... tu regalo te está abrazando ahora, y te va a llevar a uno de los mejores paseos de tu vida.
 

Y así fueron a un parque, y Alfredo jugó con su padre durante todo el día, volviendo recién al caer la noche.
A pesar de haber llegado a su casa muy cansado, Alfredo fue a su cuarto, y le escribió a Papá Noel:

"Querido Papá Noel: Yo sé que es muy tarde para escribir pidiendo cosas, pero quiero agradecerte el regalo que me diste.
Deseo que todas las Navidades sean como esta: que hagas que mi papá se olvide de sus problemas, y que él pueda distraerse conmigo, pasando una tarde tan maravillosa como la de hoy.
Gracias por mi vida, porque descubrí que no es por los juguetes que somos felices, sino por el verdadero sentimiento que está dentro de nosotros, que el Señor despierta en la Navidad.

Te agradece por todo,
Alfredo."

Y se fue a dormir.

Entrando al cuarto para dar las buenas noches a su hijo, el padre de Alfredo vio la cartita y a partir de ese día no dejó que sus problemas volvieran a afectar su felicidad y se propuso hacer que todos los días, para ambos, fuesen Navidad.

Si un niño de siete años, consiguió percibir que los mejores presentes que se pueden recibir no son materiales, ¿por qué nosotros no hacemos lo mismo?
Que todos hagamos que cada día sea Navidad, valorando la amistad, el cariño y todos los buenos sentimientos que existen dentro de nosotros.
                                                                                                                       (Anónimo)


domingo, 15 de diciembre de 2013

Ya esta aquí...

Y ya esta aquí, el ultimo mes del año... donde las ciudades se llenan de luz y color... el mes de puro consumismo irracional, donde comprar se convierte en el deporte por excelencia... los centros comerciales atestados de gente que no puede ni andar... tropezando unos con otros... es algo que detesto... mi agorafobia, esos días, me hace permanecer en casa...

Este año por fin, después de tanto tiempo empiezo en un nuevo trabajo... no estaba muy segura de aceptarlo... pero me ayuda a superar ciertos temores... a salir de casa... a afrontar... a penas llevo unos días... y ya me siento cansada, extenuada... y es que cuidar de un niño que es muy activo, agota... no se cansa de jugar, siempre quiere más y más... aunque es un sol y no tiene maldad ninguna...

De momento lo llevo muy bien, me hace sentir útil y olvidar, en parte, esa inactividad que me tenía anulada como persona trabajadora que soy... sentía que no servía para nada... que no sería capaz de desempeñar ninguna función... que no encontraría un trabajo donde pudiera ser efectiva... y, sí... lo sigo pensando, esos pensamientos siguen ahí atormentándome, día tras día, sobre mi capacidad... si sabré o no... tanto tiempo parada no ayuda y los pensamientos negativos acuden a tu mente a todas horas, nefastos pensamientos que solo me conducen a un sitio, del cual, es muy complicado salir...

Afortunadamente ya pasé por ahí y conseguí ganarle la batalla... aunque a veces... éste intente volver para arrastrarme nuevamente al pozo en el que hace unos años estaba hundida... no quiero volver a él... ¡¡jamás!! no lo permitiré... mas no creo que consiguiera salir nuevamente....

A pesar de los avances no puedo evitar sentirme triste... no se bien por qué, no acabo de detectar qué es lo que me tiene así... la distancia con mi chico... no poder ser independiente... tener mi propia vida sin tener que estar pendiente de nadie... la falta de seres queridos que se fueron... la Navidad...

Dicen que la Navidad es una fecha de alegría y felicidad, pero cada año que pasa la odio más y más... han perdido su significado para mí... no siento la ilusión que antaño me producían... esperando la llegada de papa noel y de los reyes magos de oriente... ansiosa por abrir los regalos y ver qué me habían traído...

Ahora, tan solo puedo sentir indiferencia hacia todo ello... me da igual... solo quiero que se pasen lo más rápido posible... he llegado a un punto en que no las aguanto... el consumismo descontrolado que se produce en esos días... la hipocresía de la gente... sí, esa que te cruzas todos los días por la calle y ni te saludan y, de pronto, se acercan a ti, para felicitarte estas fechas, con una sonrisa más falsa que un billete de 30 €... no hay cosa que deteste más que esa falsedad...

Hoy me encontré con una compañera de instituto que vive por mi zona, nos hemos cruzado algunas veces y nunca me dijo nada, ni siquiera me miraba... y justo hoy... cuando iba con mi madre por la calle.. y ya la había pasado de largo, me llama por mi nombre y me dice: "¡¡Chica, cuánto tiempo!! ¿¿Cómo estás, todo bien??... Me alegro de verte... bueno... a pasar buenas fiestas... " ¡¡Je!! claro que no he podido más que disimular un poco esa risa que me ha entrado... en fin... estoy convencida de que no me vuelve a saludar en la vida...



martes, 10 de diciembre de 2013

Atracones de comida


La mayoría de las personas, por no decir todas, se han dado alguna vez un atracón de comida. Muchos lo definen como una pérdida de control en la que no han sabido o no han podido parar a tiempo y después, el pensamiento más típico es no debería de haber comido tanto, viene la culpa, el malestar estomacal y en otras ocasiones, otro tipo de respuestas más patológicas ante este hecho.
Podríamos decir que un atracón es un no poder parar de comer, es comer rápido y sin placer, que no tiene porqué estar siempre relacionado con la anorexia o la bulimia.

¿Qué alimentos escojo para un atracón?

Hay personas que siempre se dan un atracón de comida con el mismo tipo de alimentos como pueden ser los dulces, un ejemplo sería llegar a casa y encontrarte abriendo todos los armarios para comer chocolate, helado, bollos, cremas de cacao… Todo lo que se encuentre al alcance y sea inmediato, no es pararse a cocinar, es un “aquí y ahora” lo devoro absolutamente todo.
Igual que se puede consumir todo lo dulce, que parece ser lo que uno más suele prohibirse por eso de que engorda,  también hay personas que mezclan todo tipo de sabores y no renuncian a nada de lo que puedan encontrar en la cocina, es consumir por consumir.
Algo que también podríamos pararnos a pensar es qué representan los alimentos escogidos para esa persona. Por ejemplo, hay quien relaciona el dulce con el amor o con lo prohibido, como antes mencionábamos y uno puede preguntarse ¿Por qué uno necesita consumir algo prohibido?, ¿Por qué transgredir las reglas que unos autoimponemos o imponen?, ¿Qué hay detrás de todo ello?
    
¿Qué puede significar darse un atracón a nivel emocional?

Detrás de una determinada conducta siempre hay una razón que te motiva a hacerlo, un sentimiento, un pensamiento consciente o inconsciente que encuentra su manera de salir a la luz. El significado que puede tener un atracón de comida puede variar no sólo dependiendo de la persona sino en el momento en el que ésta se encuentre.
Hay momentos en los que un atracón de comida puede ser una forma de llenar un vacío emocional, de sentir esa sensación de completud que tantas veces se ansía pero que pocas veces o más bien nunca se alcanza.
En otras ocasiones, un atracón de comida puede ser una forma de esconder otro síntoma u otro sentimiento, una forma de ocultar el dolor con otra acción porque al final es un no poder parar de hacer algo que también nos perjudica a la salud, tanto a nivel emocional como físico.

Por supuesto, también podemos entender los atracones dentro de un trastorno grave como puede ser la anorexia o la bulimia.
Pero hay un alto porcentaje de personas, en su mayoría mujeres, que descargan su ansiedad a través de atracones de comida y suelen ser personas que muestran algún grado de alexitimia, (incapacidad de identificar las emociones propias por lo que tampoco pueden expresarlas y eso queda contenido en el cuerpo, necesitando encontrar una salida).
Los atracones de comida son algo más que una acción, siempre llevan un componente emocional que nos lanza a abrir la nevera y no poder parar. Si te ocurre esto, es bueno que puedas pararte a pensar aunque sea después para encontrar qué es lo que quieres tapar, llenar u ocultar.

(Fuente de información: depsicologia.com)


miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡¡Qué harta estoy de todo!!

Me siento mal... triste, apática... tan solo tengo ganas de llorar... llevo unos días que no quiero saber nada de nadie... no quiero conocer que pasa en el mundo exterior... ni siquiera a mi alrededor... Estos días me he dado cuenta de algunas cosas... una de ellas ( y la más dolorosa ) es que me avergüenzo de mi misma, me doy asco, el echo de no poder controlar los impulsos... acentúan este tormento mucho más... me odio por no ser capaz de superarlo, ni de evitarlo... no puedo evitar sentir desesperanza ante estos hechos... no puedo con ello... es superior a mí...

Me miro al espejo y me horrorizo ante lo que veo... no me gusta lo que hay... odio lo que veo... no me gusta lo que me hace sentir... una decepción enorme, constante... ¿quién es esa que me mira? ¿por qué me mira así? ¿por qué tiene esos ojos tan apagados y tristes? no lo sé... tan solo es una extraña para mi... ni siquiera me reconozco... no sé quien es ni qué quiere... ni a donde va su vida... mi vida... no vislumbro en ella rasgos familiares... ¿realmente soy yo? o ¿era yo?... no puedo mirarla, ni siquiera puedo sostenerle la mirada... es tan... doloroso... el dolor que transmiten esos ojos... parecen vacíos... fijos en un punto... fijos en la nada... Se le ve tan cansada... aburrida... hastiada... que todo lo demás le pasa inadvertido... ¿Cómo he llegado hasta aquí? parece decirme... ¿Cómo?

Vago sin rumbo por esta vida, sin encontrarme a mi misma, en un mar revuelto de sentimientos, sensaciones, remordimientos y desesperanza... vacía... así es cómo me siento... pocas cosas son las que me satisfacen ya... no sé qué hacer... ¡¡maldita fobia!! ¿Por qué a mí?

Otra de las causas que me impiden avanzar... es que no sé qué es lo que quiero hacer con mi vida ni hacia donde encauzarla... cursé unos estudios hace tiempo pero ahora no tengo tan claro que quiera o desee continuar por ahí... por el mismo camino... pero... estudiar... el qué... para qué... conforme están las cosas... y esta maldita fobia que me lleva de cabeza...

Me he dado cuenta que he basado toda mi vida en complacer y cuidar siempre a los demás... siempre pendiente en las necesidades de otros sin prestarles caso a las mías propias... he hecho siempre lo que han querido en todo momento y aun así... parece que no es suficiente para ellos, siempre quieren más... exigen más... dan por echo las cosas sin tan siquiera preguntarme si quiero o puedo hacerlas... y en el momento en que les niegas algo... uf, ya eres la mala, la que nunca hace nada por nadie... ¡¡perdona!! ¿¿será verdad?? No les tengo acostumbrados a decirles NO y se aprovechan de la bondad de una servidora... eso me revienta... ¡¡qué harta estoy de todo!!

Tengo ganas de que por fin alguien cuide de mi... sin  exigencias, sin rencores, sin pedir nada a cambio... de una forma altruista y recíproca.